Un jardín es un espacio que bien cuidado supone un deleite para los sentidos. La naturaleza que en él se halla transmite bienestar, y cuidar de un jardín o huerto es una experiencia relajante. El aporte para quienes lo prueban es tanto a nivel físico como mental.
¿Quién no ha experimentado una sensación relajante en un encuentro con la naturaleza? Es un espacio ideal para la contemplación, pero es que además la actividad de su cuidado nos mantiene entretenidos, nos libera del estrés de la vida ajetreada que llevamos hoy en día y nos ayuda a mejorar mentalmente. Y la preocupación en torno a lo que comemos va en aumento, de modo que un huerto en casa es un lujo.
Estimular los sentidos

Contar con algo así en casa no es un sueño. Para mantener un huerto sano sólo se necesitan algunas herramientas básicas como podadoras, palas o tierra. En El Icono se puede encontrar todo esto. Y además habría que tener en cuenta las principales especies a cultivar, cuáles son de temporada y cuáles no, etc.
Hay que conocer por tanto las reglas básicas en cuanto a las herramientas necesarias y al conocimiento de los procesos que se dan en el huerto urbano. La luz, la orientación y el agua son tres aspectos básicos. Un huerto precisa riego constante. Y la orientación ideal en España para hortalizas y verduras es hacia el suroeste o sur, ya que se necesitan tres o cuatro horas al día de sol para que se cultiven en buenas condiciones.
Independientemente del tamaño del huerto o jardín, hay algunas herramientas que son imprescindibles para su cuidado. Se necesita por ejemplo una azadilla para remover la tierra y retirar las malas hierbas. Con un trasplantador se pueden abrir agujeros y plantar semillas y esquejes. Es muy útil contar con unos guantes para proteger las manos de los cortes en el momento de poda, y no está de más una regadera o al menos en función del tamaño, una manguera flexible. Podemos plantar en jardineras, macetas, recipientes verticales… eso cuestión de disponibilidad de espacio y estilos.
Y a pesar de que la mayoría de lo que se cultiva es de fácil crecimiento, es importante contar con tierra que sea fértil; y con un sustrato con nutrientes, con capacidad de retener el agua y que permita una oxigenación de las raíces.
¿Merece la pena?

Con un huerto propio evitamos la ingesta de los productos químicos o pesticidas que se emplean en las grandes plantaciones. A esto hay que añadir que el coste de muchos alimentos básicos se ha multiplicado, por lo que tenerlos gratis en casa ya marca una diferencia.
Y esencialmente es necesario llevar una vida saludable, en la que haya una planificación que tenga en cuenta la calidad de los alimentos. Y en esa línea saludable también entra el hecho de que tener un huerta o jardín estimula los sentidos y brinda placer. Un jardín deleita la vista, el olfato e incluso el tacto y el oído. Y si tenemos además un huerto, de paso alimentamos el sentido del gusto y conseguimos un deleite de las papilas gustativas.
Elegir plantas con flores coloridas que se complementen entre sí también forma una línea cromática que ayuda a conseguir el objetivo. Lo importante es lograr una armonía, y para ello es elemental tener unos cuidados que mantengan el orden y la limpieza, y elegir flores que sean de nuestra predilección para que su disfrute sea máximo. Siempre teniendo en cuenta que las plantas se tienen que adaptar al espacio del que disponemos y a las condiciones climáticas.