Cuando hablamos de NO escolarizar, nos referimos a no escolarizar a nuestros hijos en escuelas públicas.
Una escuela basada en horarios estrictos, exámenes que valoran conocimientos erróneos cuya pretensión es cargar la mente de información inútil para el ser humano, creando competencias entre niños y por consiguiente alimentando envidias, baja autoestima y anulación en los seres humanos. Tareas innecesarias que ocupan el preciado tiempo de nuestros hijos, impidiendo así la posibilidad de que cada uno de nuestros hijos cree lo que intrínsecamente sabe crear, si lo dejan.
No defendemos el analfabetismo ni la inconsciencia, por ello, creemos necesario no escolarizar a nuestros hijos en escuelas públicas, ya que una sociedad manipulada por el Sistema, es una sociedad inconsciente y analfabeta, digan lo que digan los títulos que nos otorguen las enseñanzas obligatorias. Cada niño aprende lo que necesita aprender en cada momento, siendo útil la enseñanza únicamente si atendemos la necesidad individual de cada niño en el momento que la demande. El maestro sólo debe ser la mano que ayude a cada niño a desarrollar sus capacidades y sus necesidades de aprendizaje, en el momento justo y necesario para cada niño, sin cursos establecidos de materia obligatoria que enseñan a todos los niños lo mismo, repitiendo hasta la saciedad información que anule la capacidad curiosa y creadora de nuestros pequeños.
El hecho de mantener a los niños sentados tantas horas es algo inaceptable. Niños que deberían estar jugando, corriendo, aprendiendo lenguaje y comunicación real interactuando entre ellos, descubriendo matemáticas mediante juegos, hay matemática en la naturaleza, todo lo que nos rodea está basado en patrones matemáticos, es más sencillo aprender viendo y preguntando que aprender a base de obligación y repetición. Es inaceptable también que nuestros hijos tengan que enfilarse uno tras otro para entrar o salir del recreo tras oír un sonido de campana, ¿Acaso no se puede enseñar a ser respetuoso sin necesidad de obedecer a un adoctrinamiento de masas tan exagerado?. Media hora de recreo, cuarenta minutos de descanso…solo entonces podrás comer. Pedir permiso para ir al baño, ¿Pedir permiso para ir al baño?, inaceptable.
La escuela actual no solo pretende esclavizar a nuestros pequeños durante las horas de clase, sino que se encarga de tener a nuestros hijos ocupados toda la tarde en tareas de repetición y de demostración de lo aprendido, de manera que si no llevan la tarea hecha lo castigan o le ponen un punto negativo; pero bueno, ¿Esto es ciencia ficción?, a mí me lo parece.
En otros artículos iremos desenmascarando la cruel realidad que se esconde tras las escuelas actuales, ya que el tema es muy extenso y tendríamos que ir desarrollándolo por partes. Centrándonos en la importancia de no escolarizar y decirle al Sistema BASTA!, os mostraremos la situación actual en España que recoge la ley ante los casos de no escolarización de nuestros hijos.
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¿Qué piensa de todo esto el Ministerio de Educación? Un portavoz responde que «la Ley Orgánica para la Mejora Educativa (Lomce) establece que la enseñanza básica es obligatoria y gratuita para todas las personas. Por tanto, todos los alumnos en ese rango de edad (de 6 a 16 años) han de estar, necesariamente, escolarizados y asistir a un centro educativo».
Además de la escolarización en centros ordinarios, hay otros modelos para atender a los alumnos que no pueden ir a clase. Hay aulas para circos y aulas hospitalarias, atención domiciliaria para enfermos y un centro a distancia para residentes en el extranjero, familias de vida itinerante, bailarines, deportistas o músicos. Pero no a los homeschoolers.
La respuesta administrativa
¿Y qué hace la Administración? Las comunidades autónomas tienen «comisiones de absentismo» asociadas a «comisiones locales de escolarización», encargadas de «velar para que todos los alumnos en edad escolar obligatoria estén escolarizados y de adoptar las medidas pertinentes en caso de que se observen incumplimientos», dice el Ministerio.
Sin embargo, en la práctica se hace la vista gorda. En un primer momento, los servicios sociales intervienen por abandono o absentismo escolar, pero el caso suele archivarse cuando los padres explican su proyecto y se comprueba que los menores no están desatendidos. De los 118 procedimientos abiertos entre 2008 y la actualidad, 60 no llegaron a la Fiscalía. De los 58 restantes, 40 terminaron sin acusación o archivándose. «Ninguna familia en España ha sido condenada nunca por educar en casa», asegura Sergio Saavedra, responsable jurídico de ALE.
Saavedra habla de un «vacío legal» o situación de «alegalidad», porque la ley dice que hay que ir al colegio, pero «no prohíbe expresamente la educación en casa». Explica que «los jueces resuelven aplicando su sentido común».
«Si los niños están bien educados, tienen las competencias básicas y un grado normal de socialización, absuelven o sobreseen. Si presentan una carencia, recomiendan u ordenan la escolarización».
«Esto debe cambiar», recalca. «Debe proporcionarse a los jueces una norma que aplicar, como ocurre en el resto de los sistemas avanzados de educación en todo el mundo».
La situación en otros países
EEUU, Reino Unido, Bélgica, Francia, Austria, Suiza o Portugal permiten abiertamente el homeschooling, al contrario de lo que ocurre en España, Grecia o Alemania. Los homeschoolers se amparan bajo la Declaración Universal de Derechos Humanos -«Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos»- y otras normas internacionales de calado. Lo más lejos que se ha llegado aquí se ha materializado en la Ley de Educación Catalana, que prevé en su artículo 55 la «educación no presencial», pero que aún está pendiente de desarrollo reglamentario. El País Vasco tiene también un decreto que dice que no debe equipararse el homeschooling al absentismo escolar.
Aunque la cifra de niños que aprenden sin escuela es reducido -las asociaciones hacen una estimación, a falta de datos, que oscila entre las 2.000 y las 4.000 familias-, el tema suscita un fuerte interés social. El documental sobre aprendizaje alternativo Enséñame pero bonito (VER AQUI) ha recibido en las últimas tres semanas 125.000 visitas en YouTube. Hasta destacados miembros de la educación tradicional reconocen que hay que hacer algo al respecto.
«Considero que se puede y se debería regular el homeschooling, preservando los derechos de los niños, como han hecho otros países más avanzados», expresa, por ejemplo, el presidente del Consejo Escolar del Estado, Francisco López Rupérez. «Pero no creo que se haga, pues no ha llegado el momento, no está en nuestra cultura política y a la educación española se le acumulan los deberes a consecuencia de la rapidez con la que evoluciona el contexto y se suman los desafíos».
Las asociaciones consideran que la oportunidad adecuada para la regularización hubiera sido la tramitación de la Lomce, aprobada en diciembre de 2013. De hecho, durante dos años estuvieron convenciendo a los grupos parlamentarios de que la idea no era tan disparatada. Sólo UPyD se pronunció en contra.
La oportunidad de la reforma educativa
«Lo que hicimos fue informar a los partidos. Se mostraron a favor de regularlo, de que hubiera una lista y se supiera dónde estamos. En Francia están todas las familias registradas», cuenta Jordi Escriu, de la Coordinadora Catalana para la Regulación y el Reconocimiento del Homeschooling. Durante los encuentros en el Parlamento, albergaron bastantes «esperanzas». Incluso hablaron de introducir una enmienda reconociendo expresamente la educación en casa y contemplando un desarrollo legal posterior. Pero, al final, no se hizo nada.
Los colectivos sienten que la Lomce ha sido «una oportunidad perdida» y se muestran «decepcionados». No piensan que la nueva ley educativa -a pesar de que contempla pruebas externas sin las cuales no es posible obtener el título y seguir estudiando- agrave su situación, porque ellos ya se sienten fuera del sistema. Los niños no escolarizados tienen tres salidas, si quieren obtener el título de la ESO, hacer Bachillerato e ir a la universidad. Una es escolarizarse en el último curso de la ESO (4º) y seguir el camino tradicional. Otra es examinarse por libre a los 18 años, dos años después de lo habitual. La tercera es matricularse directamente en escuelas a distancia españolas que han fijado su sede en EEUU, una especie de argucia legal a la que recurren muchos padres para evitarse problemas.
«Creemos que la escuela es necesaria e imprescindible en el mundo en que vivimos», sostiene Sergio Saavedra, «pero defendemos que también se pueda educar de otra manera». Sin aulas, sin exámenes, sin horarios.
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