Son la herramienta principal para tener una boca sana y unos dientes bien limpios. Pero, ¿cuál elegir: automático, manual, hablando, duro…?
La vida de un cepillo de dientes es corta. Si ya han pasado 3 meses desde que te compraste el último, ha llegado la hora de cambiarlo. Y no ha de ser una decisión dejada al azar, es una de las compras más meditadas para asegurarte de que es adecuado a tus necesidades.

¿Manual o eléctrico?
Técnica aparte, la diferencia entre uno y otro no es abismal. Con el cepillo clásico deberás ejercitar más los movimientos manuales para poder limpiar bien todos los recovecos de tu boca, mientras que el eléctrico te permitirá una mayor concentración a la hora de dirigir el cepillo hacia uno u otro lado. Algunos especialistas desaconsejan los eléctricos en caso de encías muy sensibles, ya que la continuidad de movimientos podría dañar las más de la cuenta.
¿Blando o duro?
Es muy importante tener claro cómo debe ser el cepillo que necesitamos para las encías. El grado de dureza indica la rigidez de las cerdas del cepillo y el desgaste que estas producirán sobre nuestra boca. Tanto en el caso de los cepillos eléctricos como en los manuales, esa dureza se clasifica en suave, media o dura. Y así debes escogerlos:
- Si tienes las encías sensibles o te acabas de someter a una intervención quirúrgica en la boca, decántate por un cepillo ultra suave.
- Si tu boca goza de buena salud, te recomendamos una dureza media.
- Los cepillos muy duros no están recomendados por los dentistas, ya que producen una mayor abrasión y a largo plazo acaban estropeando los dientes y desgastándolos.
Otro dato a considerar a la hora de cepillarte es la presión con la que lo haces. ¿Cómo saber si estás apretando demasiado? No resulta difícil: si compruebas que las cerdas del cepillo se aplastan es que no lo estás haciendo bien y puedes dañar tus encías. Basta con que notes que las cerdas tocan las encías, ese es el punto óptimo para una buena higiene.
En algunos casos, será necesario visitar una clínica dental para obtener la limpieza óptima que nuestra boca necesita.
Otros cepillos
- Cepillos interproximales: permiten limpiar el espacio existente entre los dientes, también cuando se utilizan aparatos de ortodoncia y cuando existen prótesis fijas e implantes. Se venden en diferentes tamaños para adaptarlos a cada necesidad.
- Limpiador lingual: es una especie de raspa que limpia la placa bacteriana acumulada en la lengua y que coma en ocasiones, es un factor importante en los casos de halitosis. Algunos cepillos lo incorporan en la parte contraria a las cerdas.
Consejos para un buen cepillado

- Cepíllate los dientes inmediatamente después de cada comida, por insignificante que esta sea.
- Empieza la limpieza con el cepillo seco. Acto seguido repite la acción con la pasta dentrifica elegida.
- Al acabar el cepillado y eliminar el dentífrico sobrante, no te enjuagues demasiadas veces con agua: si lo haces expulsarás los efectos beneficiosos de la pasta de dientes.
Básicamente, el funcionamiento, porque con el eléctrico la acción de la mano es más pasiva. Pero está demostrado que una persona se puede cepillar perfectamente con cualquiera de ellos siempre y cuando sepa hacerlo y le dedique el tiempo suficiente.
El cepillo eléctrico está indicado en personas con poca destreza manual, como niños, algunas personas mayores, o en gente que esté poco motivada con el cepillado. Quien lo utiliza cree que el cepillado es más efectivo porque lo hace una máquina, y esta idea lleva a la persona a cepillarse con más frecuencia, lo cual, en sí mismo, ya es positivo.
No. Hay que utilizar tres cosas: el cepillo, la seda dental y, por supuesto, la pasta dentífrica. Y todo ello, a diario.